viernes, 8 de mayo de 2009

Fénix

- ¿Sabes? Hoy tengo una noche nostálgica…

- - Vaya, la mía es triste-nostálgica-melancólica.

- - ¿Has oído alguna vez hablar de la nostalgia feliz?

- - SI, pero me temo que a mía es una de esas nostalgias de recuerdos. Recuerdos dolorosos, que solo me provocan ganas de llorar.

- - Vale, si hay que llorar, lloraremos, pero…

- - … que las lágrimas sirvan para regar la tierra, y resurgir con más fuerza.

- - Mira, es una valla que nos atrapa en el mundo urbano, tras la cual está la naturaleza, el sol, la libertad, y si te fijas bien, la dejé abierta por encima para que la traspases cuando quieras.

- - De cerca, el hielo, el frío, al fondo, la luz, el calor…




Publi especial: Learner&Lía, gracias, por todo. Sabes que eres genial? ;)

5 comentarios:

  1. Seremos como animales,
    que se quedan mirando el fondo del universo,
    aquello que quizás nunca pueden alcanzar.

    Hasta que un día,
    una persona viene cerca de ellos,
    alguien que le entregue todo su cariño,
    todo el calor que deshará ese hielo.

    Entonces.

    Es cuándo la valla se queda bajo tus piernas,
    mientras al otro lado,
    te esperan sus brazos. ;)

    ¿Learner & Lía?.

    Me suena a perfección.
    Me encantan las imagenes!,
    un premio en forma de beso,
    a su autor/ra.

    Con cariño...

    Miss.

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  2. Por un momento me he quedado sin palabras.

    Es precioso y muy cierto lo que habéis escrito, acompañado de esas imágenes. Pero sin duda, si me tengo que quedar con algo, elijo esto: “Si hay que llorar, lloraremos, pero que las lágrimas sirvan para regar la tierra y resurgir con más fuerza”.

    Gracias por esas palabras, un beso o un abrazo (lo que corresponda) bien fuerte,
    Fer

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  3. No tienes porqué elegir Fer, puedes quedarte con todo, os podeis quedar con todo :) Un besote

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  4. Compartiendo nostalgias de hechos pasados, triturados por el tiempo, convertidos en mouse gelatinosa en mi mente.

    Sentí y eso nada me da, salvo recuerdos que he de apagar, pues sus llamas me queman cada vez que acuden a mí.

    Una lágrima asoma y quema mi mejilla.

    No me quejo de llorar, me quejo de lo poco llorado.
    Me siento acuoso, liquido, desparramado, fuera de contexto.
    Somnoliento, apagado por palabras de nostálgico recuerdo.

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